Cuando se piensa en la cerámica, lo primero que viene a la mente son las tazas de café u otras vajillas. Pero la cerámica también está disponible como variante de alta tecnología. Se utiliza, por ejemplo, para implantes articulares o membranas de pilas de combustible, o para relojes de alta calidad.
El primer reloj de cerámica fue presentado por IWC ya en 1986. Era un "Da Vinci" con caja de cerámica. A lo largo de los años, el material se ha ido desarrollando cada vez más. Hoy en día, por ejemplo, el Omega Speedmaster "The Dark Side of the Moon" o el Hublot Big Bang Unico Red Magic cuentan con cajas de cerámica. No es de extrañar, porque la cerámica es casi perfecta para la relojería. Es ligera, hipoalergénica, resistente a los arañazos y apenas se notan los signos de desgaste, incluso después de años. Conserva su brillo durante décadas y ni siquiera la luz ultravioleta puede dañarla.
La cerámica de alta tecnología está hecha de polvo de óxido de circonio. Durante la cocción en un horno, llamada sinterización, la cerámica se calienta a más de 1.400 grados y se encoge un 28% aproximadamente. Esto debe planificarse con precisión en el proceso de fabricación para que todas las piezas encajen posteriormente sin problemas. La contracción da lugar a una densidad extremadamente alta. Esto hace que la cerámica sea extremadamente robusta y resistente a los arañazos, y muchas veces más dura que el acero, a la vez que pesa menos. Esto, a su vez, se traduce en un alto nivel de comodidad para el usuario. La cerámica es muy respetuosa con la piel, por lo que es especialmente adecuada para alérgicos y personas con piel sensible.
A la sinterización le sigue el proceso de acabado, que dura varios días. Una vez terminada la caja de cerámica, es un 500% más dura que el acero inoxidable.
Dejar un comentario
Todos los comentarios se revisan antes de su publicación.
Este sitio está protegido por reCAPTCHA y se aplican la Política de privacidad de Google y los Términos del servicio.